LAS CIVILIZACIONES FLUVIALES

La aparición de la escritura marca el paso de la Prehistoria a la Historia.
La ciudad de Ur fue una de las más importantes de Mesopotamia. En ella se encontraba el zigurat dedicado al dios Luna Nanna. En este corto documental de arteHistoria podéis encontrar más información.



Cuando yo tenía vuestra edad, veíamos una serie de  televisión, "Érase una vez... el hombre", que nos ayudó a entender nuestro origen y los grandes acontecimientos históricos.
Aunque algunos de los acontecimientos que se cuentan en estos dibujos animados  han quedado un poco desfasados, no por ello dejan de ser interesantes para entender la historia de los seres humanos. Espero que os guste. Nos vemos en clase.



HERODOTO, PADRE DE LA HISTORIA

Herodoto es considerado "el padre de la Historia". Su afán por conocer tierras y gentes le llevó a viajar por numerosos países: Egipto, Persia, Libia, la Magna Grecia, la Hélade ... Su obra maestra es la "Historia" dividida en nueve libros. La obra está basada en la recopilación de tradiciones orales y escritas y en la versión directa de los hechos, interesándose por la observación de aspectos curiosos de hombres y pueblos.

Muchos de vosotros habéis mostrado vuestro interés por saber como se momificaba a los muertos. Esto es lo que nos cuenta Herodoto en Los nueve libros de la historia:

LXXXV. Por lo que hace al luto y sepultura, es costumbre que al morir algún sujeto de importancia las mujeres de la familia se emplasten de lodo el rostro y la cabeza. Así desfiguradas y desceñidas, y con los pechos descubiertos, dejando en casa al difunto, van girando por la ciudad con gran llanto y golpes de pecho, acompañándolas en comitiva toda la parentela. Los hombres de la misma familia, quitándose el cíngulo, forman también su coro plañendo y llorando al difunto. Concluidos los clamores, llevan el cadáver al taller del embalsamador.


LXXXVI. Allí tienen oficiales especialmente destinados a ejercer el arte de embalsamar, los cuales, apenas es llevado a su casa algún cadáver, presentan desde luego a los conductores unas figuras de madera, modelos de su arte, las cuales con sus colores remedan al vivo un cadáver embalsamado. La más primorosa de estas figuras, dicen ellos mismos, es la de un sujeto cuyo nombre no me atrevo ni juzgo lícito publicar. Enseñan después otra figura inferior en mérito y menos costosa, y por fin otra tercera más barata y ordinaria, preguntando de qué modo y conforme a qué modelo desean se les adobe el muerto; y después de entrar en ajuste y cerrado el contrato, se retiran los conductores. Entonces, quedando a solas los artesanos en su oficina, ejecutan en esta forma el adobo de primera clase. Empiezan metiendo por las narices del difunto unos hierros encorvados, y después de sacarle con ellos los sesos, introducen allá sus drogas e ingredientes. Abiertos después los ijares con piedra de Etiopía aguda y cortante, sacan por ellos los intestinos, y purgado el vientre, lo lavan con vino de palma y después con aromas molidos, llenándolo luego de finísima mirra, de casia, y de variedad de aromas, de los cuales exceptúan el incienso, y cosen últimamente la abertura. Después de estos preparativos adoban secretamente el cadáver con nitro durante setenta días, único plazo que se concede para guardarle oculto, luego se le faja, bien lavado, con ciertas vendas cortadas de una pieza de finísimo lino, untándole al mismo tiempo con aquella goma de que se sirven comúnmente los egipcios en vez de cola. Vuelven entonces los parientes por el muerto, toman su momia, y la encierran en un nicho o caja de madera, cuya parte exterior tiene la forma y apariencia de un cuerpo humano, y así guardada la depositan en un aposentillo, colocándola en pie y arrimada a la pared. He aquí el modo más exquisito de embalsamar los muertos.

LXXXVII. Otra es la forma con que preparan el cadáver los que, contentos con la medianía, no gustan de tanto lujo y primor en este punto. Sin abrirle las entrañas ni extraerle los intestinos, por medio de unos clísteres llenos de aceite de cedro, se lo introducen por el orificio, hasta llenar el vientre con este licor, cuidando que no se derrame después y que no vuelva a salir. Adóbanle durante los días acostumbrados, y en el último sacan del vientre el aceite antes introducido, cuya fuerza es tanta, que arrastra consigo en su salida tripas, intestinos y entrañas ya líquidas y derretidas. Consumida al mismo tiempo la carne por el nitro de afuera, sólo resta del cadáver la piel y los huesos; y sin cuidarse de más, se restituye la momia a los parientes.

LXXXVIII. El tercer método de adobo, de que suelen echar mano los que tienen menos recursos, se deduce a limpiar las tripas del muerto a fuerza de lavativas, y adobar el cadáver durante los setenta días prefijados, restituyéndole después al que lo trajo para que lo vuelva a su casa.

A continuación os remito a una página web donde hay muchas actividades relacionadas con las civilizaciones fluviales: http://ieslamadraza.com/elena/websociales/1eso/primerascivilizaciones1/mesopotamiayegipto1.html#hotpotatoes

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